¨Y aunque parezcan a primera vista dos cuestiones muy distintas, las de la inmigración y la naturalización, tienen una gran afinidad, porque son los inmigrantes quienes se van a naturalizar en el mañana, y todos los que llegan al territorio dominicano y se quieran hacer ciudadanos dominicanos. Porque no nos conviene, por ejemplo, que esos haitianos que nos invaden se hagan dominicanos. Tal vez haya la necesidad de dar leyes que pongan coto a esa invasión haitiana¨ (Diputado Luis F. Mejía. Asamblea Revisora de la Constitución de 1924).
I
1960-1970
El 8 de
enero de 1960, Don German Emilio Ornes Coascou, entonces en el exilio, publicó en el diario
El Mundo de San Juan, Puerto Rico, un artículo titulado “Trujillo Vuelve a Importar Haitianos Para Abaratar la Producción de
Azúcar”. Así decía:
“…estos días están de regreso en la República
Dominicana los hermanos e hijos de los miles de hombres, mujeres y niños que,
con el terror indeleblemente marcado en sus rostros oscuros, abandonaron en
penosa desbandada ese país, hace 22 años, para internarse en la tierra de sus
mayores –que para muchos de ellos era ya
una tierra totalmente extraña- en busca de protección contra inhumanas persecuciones (sin
precedentes o paralelo en nación alguna de este Continente) que en el breve
lapso de tres horrorosas noches de “afilados cuchillos" segaron la vida de
alrededor de 15,000 de sus pacíficos e indefensos compatriotas. Un acuerdo
firmado entre los representantes de Trujillo y Duvalier en la capital
dominicana, en las postrimerías de 1959, estipula que la República Dominicana
ha accedido a recibir jornaleros temporeros haitianos para ser utilizados en
labores agrícolas, especialmente en la siembra y corte de la caña de azúcar”.
Es a partir de la mitad de la década en que fue escrito el artículo del extinto
periodista dominicano Ornes Coascou que en la República Dominicana se convierte
en una constante la afirmación de la existencia de un “éxodo masivo” de ciudadanos haitianos hacia nuestro
país, calificándose ese hecho como de “una invasión pacífica” que desde
entonces y sin parar se produce sobre esta parte de la isla.
En el origen mismo de esta afirmación se encuentra el Doctor Joaquin Balaguer. El 5 de diciembre de 1966, como Presidente de la República Dominicana, pronunció un extenso discurso a la Nación y entre otros aspectos hizo referencia al tema de la migración irregular haitiana .
Conforme relata el periódico Listín Diario en su edición del día siguiente, el líder reformista y entonces Primer Magistrado de la Nación dijo que “unos 300,000 haitianos han penetrado irregularmente en el país durante los últimos cinco años, debido al abandono en que se ha mantenido la frontera y a la falta de una política inmigratoria inspirada en los intereses de la República”.
A pesar de tan categórica afirmación, y en
contra de lo que sería una política pública en el tema migratorio, lógica y
coherente con su planteamiento, el Presidente Balaguer suscribió un acuerdo con
el gobierno de Haití para importar braceros haitianos para el corte de la caña,
justificándolo en que los dominicanos se resisten al corte de la caña: “Bastaría
que un grupo de dominicanos demuestre su decisión de dedicarse a ese oficio en
la próxima zafra para que el Gobierno se abstenga de cursar cualquier solicitud
encaminada a la contratación de braceros de nacionalidad extranjera”.
La referencia en este discurso a la Nación
del Presidente Joaquin Balaguer respecto del tema migratorio haitiano, ocasionó duras críticas en los predios del edificio del Congreso Nacional,
fundamentalmente por dos senadores del opositor Partido Revolucionario
Dominicano, los señores Secundino Gil Morales y Pablo Rafael Casimiro Castro.
Gil Morales refutó el argumento de que el dominicano no le gusta cortar caña, señalando que el dominicano sí puede cortar la caña porque en 1962 lo demostró, señalando que en todo caso “si hay en la Republica Dominicana unos 300 mil haitianos debió utilizarse parte de ellos en la realización de las zafras azucareras del pais” (El Caribe, 21 diciembre 1966).
Por su parte, Casimiro Castro acusó al
Presidente Balaguer de ser “el principal
agente de haitianizacion de la República Dominicana” (El Caribe, 21
diciembre 1966).
En el año 1967, un personaje de la vida pública
aun activo, el Dr. Leonardo Matos Berrido, en su condición entonces de Director
General de Migracion, se refirió públicamente
al problema de la “invasión pacífica de haitianos” al territorio nacional, haciendo
la sugerencia de que esa situación fuera planteada en la Cumbre de Las Américas
que iba a tener efecto en Punta del Este, República Oriental del Uruguay: “Ese importante
evento podría ofrecer una gran oportunidad para llamar la atención de las naciones
americanas sobre esta situación, que gravita sobre el destino mismo de la
República Dominicana, para plantear ante ellas la política que ha venido
siguiendo el actual Gobierno Constitucional para enfrentar el problema con la
energía que sus recursos permiten, y
para solicitar el concurso de las naciones americanas que puedan ofrecerlo y de
los organismos internacionales calificados, con adecuados planteamientos
sobre la naturaleza y gravedad de este problema, cuya magnitud hace
impostergable su solución” (Listín Diario, 31 marzo 1967).
La prensa
nacional siguió recogiendo a finales de la década de los sesenta del siglo
pasado con gran despliegue el problema de la alegada “invasión haitiana” a República
Dominicana.
En efecto, en las páginas del periódico El
Caribe del 5 de julio de 1968, apareció un titular que recogía declaraciones
del Presidente Joaquin Balaguer del día anterior: “Estima Peligro el Exodo Haitianos Hacia el País”.
Conforme a la crónica periodística, el
Presidente Balaguer en una rueda de prensa improvisada en el Palacio Nacional,
luego de la presentación de credenciales del nuevo Embajador de Haiti, señaló
que era “un peligro para la nacionalidad
dominicana el continuo éxodo de haitianos a este país...por la misma razón
de que estamos en vías de llegar a una superpoblación y si se aumenta con la
afluencia de haitianos, pues el problema se agrava, es natural”. Señalaba que expresaba esto “no porque seamos contrarios a Haiti ni
creamos conveniente que se creen barreras entre los dos países, sino que es un
problema de orden demográfico, un problema físico”.
Días más tarde, el mismo tema era motivo
de noticia, conforme recoge el 18 de julio de 1968 el periódico El Caribe, en una crónica del periodista Don Alvaro Arvelo hijo, que al dar constancia de una
declaración escrita del activo senador opositor por la Provincia de La Romana,
Secundino Gil Morales, dio lugar al siguiente titular: “Consideran que República Dominicana Se Encuentra Invadida por
Haitianos”.
Conforme
a la nota periodística, el Senador perredeísta expresó que esa
masiva cantidad de haitianos en el país era “por
ahora pacífica”, no obstante expresar su temor de que “el éxodo haitiano que padecemos se pueda convertir en acción armada”. Secundino Gil Morales fue aun mas lejos:
“En mis declaraciones dije también que creía de interés nacional levantar
inmediatamente un censo de haitianos que residen en nuestro país; y que convenía aprobar un proyecto de ley
sometido por nosotros a la consideración del Senado en todas las legislaturas a
partir del año 1966, y el cual no se ha logrado discutir, tendiente a prohibir
la importación de braceros haitianos para el corte de la caña en los centrales
azucareros y a la deportación de todos los haitianos que hayan entrado de forma
ilegal a nuestro territorio. Medidas
dominicanas. Sencillísimas"
Varios días después de las duras consideraciones
del senador Secundino Gil Morales, el Secretario de Estado de Interior y Policía,
Dr. Federico Smester, declaraba que la “existencia
de millares de haitianos en el país “es un problema vital”, dando lugar al
siguiente titular de la primera plana del periódico Listin Diario: “Dicen Haitianos en País son un Problema Vital.
Smester Informa se prepara Censo” (23 julio 1968).
El año 1968 continuó activo! Esta vez le tocó
el turno al Presidente del Consejo Nacional de Fronteras, el internacionalista
Carlos Sanchez y Sanchez, quien advirtió que “si no se controla a tiempo el éxodo de haitianos, al paso de los años podría
peligrar “la seguridad del Estado”; consideró que estimaba que en
territorio dominicano deben de haber unos 300 mil haitianos lo que deja latente
“el peligro de la minoría racial”
que puede ser “la base de una quinta
columna haitiana”. Advirtió que la
República Dominicana “podría ser,
inclusive, el blanco de criticas internacionales en el futuro por parte de
Haiti que exigiría respeto por los derechos humanos a los ciudadanos de su país
residentes en el nuestro” (Listín Diario, 30 agosto 1968).
Despedimos la década de los sesenta del siglo pasado con nuevas declaraciones de parte de otros miembros del Consejo Nacional de Fronteras, los señores Jose Gautier y Efraín Reyes Duluc.
En una sesión de ese Consejo del 14 de
noviembre de 1969, la intervención de estos consejeros sirvió de base para un titular
en el periódico El Caribe del día siguiente: “Demanda Buscar Solución a Penetración de Haitianos”.
Gautier señalaba que debe “meditarse profundamente sobre el conflicto que se viene creando cuando haitianos cruzan indebidamente la frontera o arriban al paìs mediante contratos de trabajo en los ingenios azucareros, y se quedan en el territorio nacional”.
Por su parte Efraín Reyes Duluc decía que “no solo están en la frontera sino que han invadido todo el país y en especial la región Este. Anteriormente los haitianos estaban en los campos, pero ahora han invadido las ciudades y están al frente hasta de negocios”.
II
1970-1979
“Sugiere
Organismo Evite La “Invasión” de Haitianos”. Así titulaba El Caribe el 1 de septiembre de
1972, unas declaraciones del Dr. Francisco Rodriguez Lazala, miembro del
Consejo Nacional de Fronteras, en las que sugería “la creación de una comisión con poderes que evite la invasión pacifica
de nacionales haitianos a territorio dominicano” agregando que “ese problema que hoy lo vemos pequeño,
mañana nos traerá como consecuencia las mismas mortificaciones que ocurrieron
años atrás”.
Casi concluyendo el año 1972, el periódico
El Caribe publicaba el 18 de diciembre un titular con declaraciones del Vice-Presidente Carlos Rafael Goico Morales, que decía: “Goico Afirma Dominicanos Son Negligentes
ante Penetración”.
En efecto, el
Vicepresidente Goico Morales consideró como de proporciones alarmantes la
entrada de haitianos al país originado en la negligencia de los
dominicanos. Señaló además: “Somos
generosos y practicamos la filantropía, pero la interrogante fluye a flor de
labios: quid del hijo de haitiano nacido en el territorio dominicano?”.
El mes de septiembre de 1973 resultó ser,
como ahora ocurre, de especial histeria.
El día 5 se efectuó en el Palacio Nacional
una reunión de la Comisión Nacional de Desarrollo, en la que su Presidente Don
Luis Juliàn Pérez denunciaba que “la región
oriental del país está saturada de haitianos” por lo que solicitó al gobierno
del que formaba parte que “tome medidas para repatriar a los nacionales del
vecino país que vienen al corte de la caña”. Sostuvo que la “afluencia de haitianos equivalía a una invasión
pacifica”. (“Afirman Región Esta
Saturada de Haitianos”, El Caribe, 6 septiembre 1973).
No podían quedarse atrás nuevamente del
protagonismo oficial de la denuncia los miembros del activo, pero infecundo, Consejo
Nacional de Fronteras.
Una reunión
efectuada el 13 de septiembre de 1973 generó un titular aparecido en el
vespertino Ultima Hora del día siguiente, bajo la firma del periodista
Guarionex Rosa: “Miembro Consejo de
Fronteras Reitera Hay Invasión a RD por parte de los Haitianos”. En esta crónica el periodista Rosa hace
constar que habían llovido las denuncias “sobre
lo que se da en llamar invasión pacífica de haitianos y algunos miembros
sugirieron llevar el caso a las Naciones Unidas”.
La pólvora que desató esa encendida reunión
fueron unas declaraciones del embajador haitiano de entonces Clement Vincent,
así como del Director General de Migración Cesar Oliva, el primero negando la
existencia de una invasión pacífica de haitianos, y el segundo señalando que la
presencia de picadores de caña haitianos se ajustaba al acuerdo dominico
haitiano.
En la sesión del Consejo Nacional de Fronteras a la que nos referimos, el señor José Gautier, miembro, y el Embajador Jacobo Helu Bencosme, jefe del despacho haitiano de la Cancillería, reiteraron la existencia de una invasión pacífica de haitianos al país y que eran “habladores el embajador de Haití señor Vincent, el CEA y el director de Migración”.
El Presidente del Consejo, Lic. Carlos
Sanchez y Sanchez no podía quedarse atrás, y señaló que “ningún haitiano ha venido aquí para algo útil”.
Hasta la Iglesia Católica recibió duras críticas
en el curso de la reunión del Consejo Nacional de Fronteras del 13 de
septiembre de 1973, ya que uno de sus integrantes, el señor Felipe Sosa, quien
dijo que con que derechos la Iglesia católica
ha patrocinado la realización de un estudio sociológico en la zona fronteriza,
y “con que derecho la Iglesia católica
mantiene haitianos en el lado dominicano de la frontera”.
Siendo ahora opositor a su antiguo líder el Dr. Joaquin Balaguer, el Lic. Luis Julian Pérez apareció públicamente en escena con el tema de la migración irregular haitiana, en su condición de Presidente del Movimiento de Salvación Nacional, declarando el 8 de septiembre de 1977 que “el territorio nacional es invadido pacíficamente por grandes cantidades de haitianos que pasan las fronteras subrepticiamente o con el respaldo de las autoridades...hay unos que se dedican al comercio y son buhoneros; otros trabajan en la construcción de obras públicas o empresas privadas; algunos son billeteros y quinieleros, y un número de ellos, con sus ahorros de la última zafra, compran posesiones a dominicanos en tierras pertenecientes al Estado o a particulares, con la secuela obligada al poco tiempo de que el dominicano vendedor se convierta en peón o bracero del haitiano, acabando este último por vivir maritalmente con la hija del dominicano con quien crea una familia irregular” (Julian Afirma Haitianos Se Infiltran en el Paìs. El Caribe, 9 septiembre 1977).
El
Dr. Joaquin Balaguer, ya en plena campaña en busca de su tercera reelección
consecutiva, en un mitin llevado a efecto el 11 de abril de 1978, volvió a la
carga con el tema, como si no hubiera tenido la dirección del Estado en los tres
periodos presidenciales anteriores.
Al
referirse a la penetración de haitianos, el Doctor Balaguer dijo que había que ponerle freno, y que
“es una advertencia que debían tener
presente todos los moradores de Dajabón y la zona fronteriza”, pero que había
que hacerlo “en la forma civilizada como
exigen las buenas relaciones con Haití y con todos los países de América y del
mundo...no queremos rozamientos con nuestros vecinos, por el contrario nuestras
relaciones deben ser buenas sobre el plano de amistad, de mutuo respeto y consideración
reciproca”. (Balaguer Dice en Dajabón: Que
Esta Dispuesto a Ponerle Fin a la Penetración Clandestina de Haitianos”).
La década de los 70 del siglo pasado no se
iría sin una despedida jocosa con el tema de la “invasión de haitianos” a Repùblica Dominicana.
El 31 de enero de 1979, el periódico El Sol traía el siguiente titular: “Cornielle considera que el mayor peligro de la presencia de haitianos en RD es que estos practican la antropofagia”.
Se refería la nota periodística a las
palabras vertidas por el Dr. Carlos Cornielle, antiguo miembro del Consejo
Nacional de Fronteras, en ocasión de la puesta en circulación de su obra “Proceso Histórico Dominico-Haitiano” en
la Biblioteca Nacional, entonces dirigida por el poeta Tony Raful. Dijo Cornielle en ese acto que “el mayor peligro de la presencia de haitianos en el país es que estos
todavía tienen en su ánimo, en su espíritu y en sus ancestros, la práctica de
la antropofagia...contrario a lo que se dice, la invasión de los haitianos al
país no es pacífica sino agresiva, por el vudu, a todas luces anticristiano, el
fetichismo, la brujería y el dominio de la conciencia dominicana a base de
superchería anticristiana y satánica”.
Y el 12 de diciembre de 1979, el Senador
Victor Gomez Berges declaraba en el Senado de la República que “se oponía a la
contratación de braceros haitianos porque en el país hay ya unos 400,000
haitianos ilegales” afirmando que eso constituía “una invasión pacífica”.
(Senador Pide Descontinúen Traída Braceros Haitianos. El Caribe, 13 diciembre de 1979).
III
1980-1990
Otro año en que la histeria por la posibilidad
de la “invasión haitiana” a República Dominicana estuvo presente fue el 1980.
El día 7 de enero de ese año, el ex
general Elias Wessin y Wessin, según reseña el periodista Roberto Marcallé Abreu al día siguiente, en el periódico El Nacional, formuló duras criticas al
Presidente Antonio Guzman Fernandez, señalando que la presencia de medio millón
de haitianos en el país le quitan a los dominicanos las pocas oportunidades de
empleo y alimentación que existen. Dijo,
además, el entonces Presidente del Partido Quisqueyano Demócrata, que “por negligencia o incapacidad de los
distintos gobiernos no se cumplió con los contratos de trabajo de los
nacionales extranjeros de los que dijo que especifican claramente que luego de
la zafra deben volver a su país.....están dedicados a labores de albañilería, a
vender quinielas, a manejar carros públicos, a prestar a rédito y a negocios de
comestibles, y por esta razón no quieren
cortar la caña”.
Varios días después de las declaraciones
del ex general Wessin y Wessin, el 14 de enero de 1980, Don Negro Veras
escribió un articulo titulado “Invasión
pacífica de haitianos”, en el Periódico El Nacional, donde, entre otras cosas, señalaba:
“Los
racistas y antihaitianos se sirven del antihaitianismo conforme convenga a sus
intereses. Así, por ejemplo, cuándo
venden los haitianos como esclavos para cortar la caña, o para trabajar en
fincas de arroz, los antihaitianos no dicen nada, se mantienen en
silencio. Pero cuando los haitianos
protestan por los abusos que se comenten contra ellos, o cuando la opinión
publica nacional e internacional denuncia la vida amarga que viven los
haitianos en la República Dominicana, entonces los ideólogos del racismo y el
antihaitianismo se alarman diciendo “los haitianos están invadiendo la República
Dominicana”, “los haitianos están haciendo una invasión pacífica”.
No debe olvidarse que en mi anterior entrega
sobre este tema en mi blog, al reseñar el debate sobre el problema
migratorio haitiano que tuvo lugar en el año 1979 entre los hoy magistrados
del Tribunal Constitucional dominicano, los Doctores Victor Gómez Berges y
Milton Ray Guevara, un “patriota a toda prueba” como Don Victor Gómez Berges,
utilizaba la misma expresión que Don Negro Veras en su artículo, respecto de
la compra de braceros: “No se justifica que a esta altura del siglo veinte en
donde la defensa de los derechos humanos y la dignidad del individuo
constituyen prerrogativas inherentes en los foros internacionales y
ardientemente defendidas por la conciencia universal, estemos todavía comprando trabajadores a Haití para realizar faenas agrícolas en la República Dominicana”.
El tema del éxodo o invasión por parte de
braceros haitianos a nuestro país continuó presente el resto del año 1980,
veamos:
- el 22 de abril, el embajador haitiano Fritz Cineas negaba que se estuviera produciendo un éxodo de picadores haitianos en los ingenios estatales (Embajador Cineas Niega Exodo Braceros Haitianos. Listín Diario, 23 abril 1980);
- el Senador perredeísta por La Romana, Dr. Radhames Rodríguez Gomez, dijo que la invasión pacífica de haitianos constituía un gravísimo problema para el país y que “hay que detenerla definitivamente cueste lo que cueste...no soy partidario de que se haga un corte como hizo Trujillo en el año 1937, que mató 7 mil haitianos. No estoy de acuerdo con que se mate uno solo, pero sí que se recojan y lo manden para Haití” (Senador Cree Grave Problema Invasión Pacifica Haitianos. La Noticia, 10 mayo 1980);
- el Mayor General Rafael Valdez Hilario, en su condición de Presidente del Consejo Nacional de Fronteras, expresó en Elias Piña que a ese órgano le preocupaba la inmigración de haitianos, pero que ese problema se resuelve “únicamente mejorando el nivel de vida...Quien detiene el hambre”. En la misma reunión, la senadora por la Provincia Dajabón, Haidee de Carrasco, dijo que en la frontera residen tantos haitianos que ya no se sabe realmente quién es haitiano y quién es dominicano...Los haitianos nos están invadiendo pacíficamente. En Dajabón estamos llenos de haitianos; y la situación es tal que hasta en Santo Domingo se encuentran trabajando en el concho, de paleteros o en bombas gasolineras.........los haitianos saben que son negros y que provienen de Africa, pero los dominicanos sabemos que somos descendientes de España y, sin embargo, rechazamos a España” (Valdez Hilario atribuye al hambre la inmigración de haitianos; reclama la ejecución de planes de desarrollo en la frontera. El Nacional, 11 agosto 1980); y
- el 18 de septiembre, el periodista Don Francisco Alvarez Castellanos, que cubría en ese entonces la fuente del Congreso Nacional para el periódico Listín Diario, se hacía eco de las expresiones alarmantes por la presencia de miles de haitianos en el territorio nacional, que no sólo desplazaban de los trabajos a los dominicanos sino que además “raptan, violan y roban”, a decir del entonces diputado reformista Manuel Casado Diaz. De la “verdadera oleada de inmigrantes” se quejaba igualmente el diputado perredeísta por Valverde, Dr. Herminio Pichardo De León. El reformista por Espaillat, Dr. Silverio Lopez señalaba que lo que se está produciendo es “una verdadera invasión pacífica de imprevisibles resultados” expresando además que “al paso de los haitianos han aumentado las enfermedades venéreas en la zona. Es necesario que tomemos esto en serio”. La diputada perredeísta Zofía Leonor Sanchez Baret abogó porque la Cámara de Diputados estudie a fondo las denuncias y tuvo palabras de críticas para un eminente jurista que constantemente sale al paso de lo que se dice contra los haitianos, y que entiende que repatriar a los inmigrantes a su país de origen es una violación de los derechos humanos (Diputados se Alarman Del Exodo de Haitianos. Listín Diario, 18 septiembre 1980).
El tiempo pasa, y ya en plena campaña
presidencial de 1986 del “vuelve y
vuelve”, el candidato del Partido Reformista Social Cristiano, Dr. Joaquin
Balaguer, se adelantaba a decirle a la nación en Mao, Valverde, que era necesario traer braceros haitianos
familiarizados con el corte de la caña, porque sino la situación del CEA se tornaría
critica (JB Estima Necesario Traer
Braceros Haití. El Caribe, 6 de marzo de
1986).
IV
1990-1997
Cinco años después, en agosto de 1991, el
Listín Diario traía el siguiente titular: Balaguer
advierte problema haitianos en país”.
Conforme a la nota del periodista Domingo
Saint Hilaire, el presidente Joaquin Balaguer advirtió ayer que la presencia de los haitianos es un
problema fundamental que no puede descuidar este ni otro gobierno que tenga
conciencia nacionalista. Recalcó el
interés de mantener el país “independiente,
con sus rasgos propios, que pueda colaborar con las demás naciones, inclusive
con el propio Haití, y que no comprometa su futuro, su personalidad, como
nación independiente, como nación iberoamericana”.
Ya en el primer gobierno del Doctor Leonel
Fernández, el vocero reformista en la Cámara de Diputados Luis Emilio Reyes
Ozuna, decía lo mismo que su líder el Dr. Joaquin Balaguer había dicho 29 años
atrás, de que había que parar el éxodo de
haitianos, agregando esta vez que “a
cualquier precio”.
Entonces insinuaba el vocero reformista en
la Cámara Baja, una falta de firmeza del Presidente Fernández Reyna: “todas las fuerzas
sociales del país estarían en la mejor disposición de solidarizarse con una
actitud firme del gobierno que encabeza el Presidente Leonel Fernández Reyna
para frenar la migración ilegal de haitianos, no importa las críticas que
puedan hacer al país algunos organismos internacionales” (Vocero del PRSC Dice
hay que parar el éxodo haitianos a cualquier precio. El Siglo 7 febrero 1997).
V
Consideraciones Finales
En los últimos tiempos recibo en mi what´s
app, en mi correo electrónico, en mi cuenta de Facebook, mensajes que ponen como
referencia de un Presidente defensor de la nacionalidad dominicana frente al
“peligro de la invasión haitiana” al Doctor Joaquin Balaguer. Creo que el
contenido de este relato es suficientemente expresivo de todo lo
contrario. De que a él corresponde la
mayor cuota de responsabilidad de lo que hoy constituye el más difícil desafío
que enfrenta nuestra nación.
Un gobernante, que con plena conciencia
del tema asume el mando en 1966 criticando la ausencia de una política
migratoria estatal como causante del éxodo de haitianos a República Dominicana,
transcurren sus doce años de gobierno de 1966 a 1978, en medio de denuncias
permanentes de funcionarios de su propio gobierno de los grandes desafíos para
el país en materia migratoria, y el resultado es que no hizo absolutamente nada
respecto de lo que criticaba en su
discurso del 5 de diciembre de 1966.
A esto se agrava, que como dijera el Dr. Milton Ray Guevara, al responder las imputaciones del Dr. Victor Gómez Berges a Don Antonio Guzman Fernández en 1979, los recursos del boom azucarero no fueron utilizados para el bien del país en este tema, pues sencillamente lo que mandaba el interés nacional no se cumplió, que era la mecanización del corte de la caña, que fue durante mucho tiempo la razón de la corriente migratoria haitiana a República Dominicana.
Esto resulta aún más dramático porque
cuando el Dr. Joaquin Balaguer se acerca nuevamente al poder en 1986, antes de
las elecciones comenzaba ya a justificar la necesidad de importar nuevamente
braceros haitianos para el corte de la caña, y todavía en 1991 seguía jugando
con la ignorancia y la falta de memoria del pueblo dominicano expresando que la
presencia numerosa de haitianos, que su
omisión gubernativa había propiciado, era un problema fundamental para la
República Dominicana.
Esos
personajes de nuestra vida pública, algunos incluso funcionarios y/o aliados de
la presente Administración de Gobierno, que hoy evocan con añoranza a ese líder
–Balaguer- que supuestamente era un verdadero defensor de la patria en contra
de la invasión haitiana y a favor de los valores de la dominicanidad, deberían
hacer una pausa y estudiar un poco de historia.
Una cosa es denunciar la “invasión” de
haitianos y la “amenaza” a nuestra nacionalidad, y otra muy distinta es hacer
algo para buscar soluciones. El uso del tema haitiano siempre ha dado
beneficios políticos y por eso resulta más rentable denunciar que hacer. Por
Balaguer no haber hecho absolutamente nada para enfrentar la migración haitiana
durante los veintidós años que tuvo en el poder desde 1966 –más bien propició como política de Estado
la entrada de decenas de miles de haitianos al país- es en gran medida por
la que tenemos el grave problema que hoy vive la nación.
Resulta irónico que sea al presidente
Danilo Medina, el único Jefe de Estado de la República Dominicana que ha
emprendido acciones firmes y bien encaminadas para enfrentar esta problemática,
al que se quiera responsabilizar de situaciones que fueron creadas y
auspiciadas por otros, entre ellos los que se hacen pasar por grandes
patriotas.
Pazo de
Mariñan. Bergondo.
Provincia
A Coruña. España
9 marzo
2015
Excelente articulo!!! ahora estamos masclaro que nunca,porque sabemos cuales fueron lascausas y de donde vienen los orígenes de la emigración pacifica Haitiana;mas la ayuda de las afanadas sensacionalistas Ong,s antidominicanas...lol
ResponderEliminarUn artículo totalmente fascinero, cargado de simulación periodística opositoras a Balaguer histórica, con la cual él autor busca desmeritar la lucha constante y protección de la soberanía de la República Dominicana que mantuvo Balaguer e favor del país contra la invasión Haitiana. Es bien sabido que Rodríguez Huerta responde plenamente a los intereses del PLD y el gobierno de Danilo Medina, que es mayor responsable del mayor éxodo Haitiano que ha tenido la República Dominicana e toda su historia. Artículos falaz totalmente!
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