viernes, 5 de junio de 2020

BREVE HISTORIA DE LA EMBAJADA DOMINICANA EN ESPAÑA

     Durante el siglo XIX, solo tres representantes diplomáticos de la República Dominicana residieron en España: el general Felipe Alfau, José Ladislao de Escoriaza y Manuel De Jesús Galván.

     El general Felipe Alfau, designado en el año 1859, como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante el Reino de España por el presidente Pedro Santana, presentó Cartas Credenciales a la reina Isabel II, en el Palacio de Aranjuez, el 14 de febrero de 1860. 

     Por su parte, José Ladislao de Escoriaza, fue el segundo representante, con categoría diplomática, de la República Dominicana en España, a título de encargado de negocios (1889), siendo sustituido en 1891, por Manuel De Jesús Galván, designado por el presidente Ulises Hereaux, como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario, presentando sus credenciales a la reina regente María Cristina de Habsburgo, el 14 de julio de 1891, y concluyendo su misión  en el mes de abril de 1892, quedando de nuevo la representación diplomática dominicana en España a cargo de José Ladislao de Escoriaza, esta vez en calidad de ministro plenipotenciario, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento súbito en el mes de abril de 1900.

     No se dispone de información respecto de la ubicación de la sede de la legación dominicana en Madrid mientras el general Felipe Alfau se desempeñó como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario.  En el tiempo en que José Ladislao de Escoriaza fue representante de la República Dominicana, primero, entre 1889-1891, y, posteriormente, entre 1892-1900, la legación estuvo ubicada en el Paseo del Obelisco número 14, y luego, a partir de 1897, en la calle Fortuny número 8. 

     En el periodo comprendido entre 1901 y 1924, la legación de la República Dominicana en España recayó sobre Enrique Deschamps (1913), Tulio M. Cestero (1915) y Pedro M. Rubirosa (1920), con la particularidad de que estos dos últimos enviados extraordinarios y ministros plenipotenciarios, ejercían esa función de manera concurrente en Francia y España, estando ubicada la sede en Paris, en la Avenue Mac-Mahon No. 6.

     A partir de 1925, la legación dominicana en España estuvo a cargo,  sucesivamente, en calidad de enviados extraordinarios y ministros plenipotenciarios, de Osvaldo Bazil (1925), Félix S. Mejía (1927), Tulio M. Cestero (1929),  Elías Brache hijo (1931), Osvaldo Bazil (1934), Rafael Cesar Tolentino (1935), Teódulo Pina Chevalier (1939), Emilio A. Morel (1939), y de nuevo, Elías Brache hijo (1945), siendo este último el primero que tuvo la categoría de Embajador a partir de 1948, seguido de Emilio García Godoy (1951) y Rafael F. Bonelly (1954).

     Durante la gestión de estos representantes diplomáticos en España, las oficinas de la legación y la residencia del representante diplomático dominicano siempre se ubicaron en un mismo inmueble, teniendo distintas direcciones en Madrid: Paseo de la Castellana número 24 (1925), Hotel Palace (1926), Marques del Riscal número 5 (1927), Paseo del General Martínez Campos número 26 (1929), Zurbano número 22 (1934), Paseo de la Castellana número 8 (1935), Velásquez número 53 (1941), Serrano número 25, José Marañon numero 3, calle de Juan Bravo número 2 (1945), y calle Eduardo Dato número 11 (1954).  

    En el proceso de profundización de las relaciones entre los dictadores, Trujillo Molina y Franco Behamonte, se acordó dotar de sedes propias a las respectivas embajadas en Santo Domingo y en Madrid. 

     En efecto, conforme se recoge en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de España, mediante Decreto de fecha 17 de marzo de 1950, el dictador Francisco Franco autorizó al ministro de Asuntos Exteriores para que por mediación del embajador de España en República Dominicana adquiriera, por el precio de seis millones seiscientas mil pesetas, la “finca llamada Villa Rosalía”.  En el decreto autorizatorio de la operación de compra se establece que el monto del precio convenido “deberá ser depositado en el Banco de España a nombre y disposición del Estado de la República Dominicana, para su inversión en la compra y amueblado de una residencia para su Embajada en Madrid”. 

     En lo que respecta a la República Dominicana, la adquisición del inmueble para la sede de su embajada en España, se materializó el 18 de febrero de 1956, conforme consta en compra-venta instrumentada en acto auténtico no. 338, del Notario Enrique Giménez-Arnau y Gran, mediante el cual la esposa del dictador dominicano, María de los Ángeles Martínez Alba de Trujillo, le vende al Estado dominicano, por la suma de once millones seiscientos ochenta y cinco mil pesetas (equivalente a trescientos mil pesos oro dominicanos), un inmueble que había adquirido en junio de 1954, en Barajas-Madrid.  La esposa del dictador estuvo representada en la operación por el entonces primer secretario de la embajada dominicana en España José Roca, mientras que por el Estado dominicano suscribió el acto auténtico de compraventa el entonces embajador Rafael F. Bonelly.

     El primer embajador que residió en la sede propiedad del Estado dominicano en Barajas-Madrid, lo fue Rafael F. Bonelly (1956), y posteriormente lo ocuparon los embajadores Rafael Compres Pérez (1956), Joaquín E. Salazar (1961), Gustavo Mejía Ricart (1962), Manuel Antonio Duran Barreras (1962), Eduardo Antonio García Vásquez (1963), Eduardo Matos Díaz (1964), Emilio Rodríguez Demorizi (1965) y Porfirio Dominici (1966). 

     En el primer periodo de los doce años del presidente Joaquín Balaguer, se dispuso la venta del inmueble sede de las oficina de la embajada y, a la vez, residencia del embajador dominicano en España, lo que se produjo el 17 de diciembre de 1969. 

     Tras la venta del inmueble de Barajas, el Estado dominicano adquirió dos propiedades, las que desde entonces han servido, de manera separada, como sede diplomática y como residencia del embajador.

     En lo que respecta a las oficinas de la embajada, el 22 de diciembre de 1970, el Estado dominicano adquirió en Madrid, mediante acto auténtico instrumentado por el notario Enrique G. Arnau y Gran, el “PISO SEGUNDO DERECHA, situado en la segunda planta de la finca número 30 de la calle Paseo de la Castellana”, con una superficie de doscientos veinticinco metros con ochenta y dos decímetros cuadrados.  

     Por su parte, el 19 de febrero de 1971, el Estado dominicano, a fin de dotar de una residencia propia donde habitaran sus embajadores en España, adquirió en Madrid, mediante acto auténtico instrumentado por el notario Enrique G. Arnau y Gran, el “PISO SEXTO IZQUIERDA, situado en la séptima y última planta de la finca número 36 de la calle o Avenida del General Mola”, con una superficie de cuatrocientos ochenta metros cuadrados. 

      En este inmueble, ubicado en el barrio Salamanca de Madrid, han residido los embajadores dominicanos Luis R. Mercado (1971-1973) y Anselmo Paulino Álvarez (1973-1976), Fernando Álvarez Bogaert (1976-1977), Luis Amiama Tió (1977-1979), Caonabo Fernández Naranjo (1979-1983), Antonio Zaglul Elmúdesi (1983-1985), Manuel Altagracia Cáceres Troncoso (1985-1986), Juan Casanovas Garrido (1986-1990), Rafael Gautreau (1990-), Fabio Herrera Cabral (1994), Pedro Vergés Ciman (1996-200), José Augusto Vega Imbert (2000-2004), Alejandro González Pons (2004-2009), Cesar Medina Abreu (2009-2014), Aníbal De Castro Rodríguez (2014-2017), y Olivo Andrés Rodríguez Huertas (2017-2020).

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